La historia de una mujer que ganó en el trading

Esto que les voy a contar no se parece en nada a la historia de las tortugas de Richard Denis, por que las tortugas algo de idea tenían.

Hace un par de años me contactó una mujer de unos 50 años que venía de una pésima experiencia. En uno de estos intentos que se han vuelto muy comunes, de querer ganar dinero rápido y sin ningún esfuerzo, cayó o más bien debería decir, se lanzó de bruces… en un esquema supuestamente de criptomonedas que prometía grandes gananacias.

Demasiado grandes.

Según me contó, todo fue tan rápido que de lo único que se acuerda es del momento en que hizo una transferencia de 400 mil pesos.

No hay palabras.

No para describir el fraude, que de esos hay muchos, sino para describir el tamaño de la tontería.

Ni su clase.

Fue así que no se cómo, preguntando supongo… me llamó y me contó el caso… con la idea de si yo podría ayudarla a a recuperarse en una cuenta de trading.

Es de esas veces que resoplas y no es que te rías, sino que intentas acomodar todos tus pensamientos en tu cabeza, incluidos los chuscos, eso sí.

Lo primero que le contesté con cierto aire de urgencia fue esto…

— vamos a ver, ¡lo primero es que no vuelvas a caer en lo mismo por el afán de recuperar lo que ya está perdido!

Le hice prometerlo y a partir de ahí…

¿Podía recueprar sus 400 mil pesos?

Sí, pero necesitaría armarse de paciencia le dije, y en ese caso podrás incluso superar esa cifra.

El tiempo para recuperar su dinero iba a depender del tamaño de su cuenta y de su paciencia, Sin embargo, yo mismo le recomendé que el tamaño de su cuenta fuera más bien pequeño.

No importa el tamaño, sino la paciencia.

Mientras tanto sigue trabajando como siempre en lo tuyo.

Y así lo hizo, siguió un par de recomendaciones que se sustentan por el simple sentido común,. Aunque no crean que la mayoría de las veces me cuesta explicarlo.

Y mucho…

Afortunadamente este no fue el caso. Se trataba de una mujer emprendedora y se definía así misma como “luchona” como dicen por allá en el norte, pero sobre todo… no tenía el cada vez más común perfil de muchas mujeres de su edad; que es buscar dinero rápido de tal manera que sustituya a su antiguo esposo y puedan mantenerse en el mismo nivel de vida.

Esto último creo que fue la base de su éxito, tenía un buen setup inicial…

El resto fue muy fácil.

Según recomendaciones abrió una cuenta con un dinero que no le hiciera falta en lo absoluto, de modo que le depositó 100 mil pesos, osea unos 5,000 dólares americanos.

No hace falta decir que lo hizo en un bróker de mi plena confianza, después de todo recomendar siempre resulta un poco vinculante.

Una vez hecho esto, siguió al pie de la letra la recomendación más importante de todas; si tienes 5,000 dólares en tu cuenta entra con 5,000 dólares al mercado.

Nunca rompas esta regla.

Ella ya había comprendido el concepto del apalancamiento financiero de forma suficiente.

Una gran ventaja sobre muchos, que llevan incluso años en esto y siguen sin comprenderlo.

La segunda recomendación también la siguió pero no al pie de la letra, por que a veces me llamaba o me enviaba un mensaje por whatsapp.

Aunque también era muy simple y me hacía gracia que solo quería usar su tablet, mismo que a veces olvidaba donde lo había dejado…

— una vez encuentres tu tablet, abre la plataforma y haz lo que te de la gana, compra o vende pero no más de 1k x 5.

Es decir, no más de 5,000 dólares, pero ya había comenzado a comprender los numeritos que aparecen en la plataforma de trading.

La recomendación era que si veía que su posición iba ganando la cerraba y si no iba ganando pues no la cerraba…

Es tan obvio…

Sin embargo he de decir que tenía otra ventaja sobre muchos operadores, y esta ventaja creo que es particular si no de México, sí de los países de Latinoamérica.

Y es que tenía plena conciencia de si el precio del dólar en relación al peso mexicano, era caro o barato. Más aún al vivir en un estado fronterizo.

Pronto comprendió que para comprar dólares, solo tenía que pulsar en “buy” y pulsar la “x” para venderlos y cerrar así la operación.

Estaba fascinada como era de esperar, son muchas las personas en México que tradicionalmente han comprado dólares para guardarlos en su cajón. Ahora había experimentado lo que era hacerlo a golpe de “click” y por si fuera poco, a precios interbancarios.

Habían pasado siete meses y ya tenía 180 mil pesos en su cuenta. Y es que cualquier persona medio espabilada en México, en lugar de estar como hacen los fanáticos hablando del “super peso”, más bien consideraba que el dólar estaba muy barato y no hacía más que comprar para vender.

Llegó un momento en que me dijo:

— oye, ¿ya en 20 pesos no está tan barato verdad?

Sin embargo, ya tenía una experiencia de meses haciendo trading sano, por lo que le dije:

— Es verdad que ya no está barato, y pensar que seguirá subiendo sería elucubrar ¿pero sabes? siempre hay un par en circunstancias parecidas, este año tocó al peso mexicano, pero ahora le tocará al euro o incluso a la libra.

Y sí, algo tenían que recuperar. En cuanto al oro que me preguntaba le decía, puedes sí, pero solo compra una moneda y si lo ves bajar mucho no te asustes, pero si quieres algo más tranquilo sigue con la libra, y después ya veremos.

Se decidió por seguir la misma línea que había seguido hasta ahora.

— si ves algo igual no dejes de avisarme…

Así lo hice.

No se puede decir que le di señales por que no lo eran, tan solo indicaciones de sentido común. Tan solo hablamos del escenario del peso mexicano como quien habla de lo mismo en un café.

Ya ha pasado algún tiempo y apenas hemos tenido contacto.

Las últimas noticias que tuve eran que llevaba unos 250 mil pesos en su cuenta. Ya había recuperado poco más de la tercera parte de aquellos 400 mil pesos, pero ya no pensaba en eso.

Lo había dejado atrás.

No se si volvamos a tener contacto o no, pero si me llegara a hablar… le diré que el turno es del franco suizo.